La farmacogenómica es una de las ramas de la medicina que más puede contribuir a mejorar la vida de las personas. Sin duda, la capacidad de analizar en qué medida influye la genética en la influencia de los medicamentos resulta fundamental para atinar en los tratamientos dispensados.
La farmacogenómica como antecedente de esta rama
La farmacogenómica es una de las vertientes más modernas de la medicina. Debemos de tener en cuenta que, para estudiar los genes humanos, se requieren unas tecnologías de una gran sofisticación. Aunque cada vez son mayores los conocimientos que tenemos sobre ellos, estamos aún muy lejos de haber descubierto toda su complejidad.
No obstante, ya desde mediados del siglo pasado, se ha tenido constancia de que no todas las personas respondían de igual a los tratamientos que se les asignaban. Una de las causas, entre otras, que, en este aspecto, se valoraron fue la existencia de variabilidades entre los genes. Estas variabilidades tenían una incidencia significativa en lo que conocemos técnicamente como el metabolismo de los fármacos. Nos referimos a los distintos procesos de asimilación de los medicamentos que se producían en cada organismo y dependían de la composición genética de cada persona.
En este sentido, en primer lugar, la farmacogenómica empezó a investigar qué reacciones ante los fármacos se producían en función del fenotipo. Estudiaba la tasa natural de variabilidad y su influencia en los mecanismos propios de las moléculas. Estas variaciones, por otro lado, son la norma entre los humanos. Se trata de lo que científicamente hemos definido como polimorfismo genético. En el marco de este polimorfismo genético, destacamos los cambios que se producen entre los genes de las personas. Por ejemplo: polimorfismos de nucleótidos únicos o sustituciones de un solo nucleótido, inserciones, duplicaciones de genes, etc.
En resumidas cuentas, son las combinaciones y diferencias entre estas modificaciones genéticas las que explican las características físicas de cada personas. Y, aunque se trate de una característica que no se percibe a primera vista, ya que sus síntomas primeros tienen lugar en el interior del cuerpo humano, las reacciones a los medicamentos forman parte de ellas.
Pero esta rama ya recibe el título que encabeza este artículo cuando se descubre el genoma humano. Cuando el mapa de los genes de cada persona se convierte en un objetivo científico asumible, se incrementan las posibilidades de estudiar este metabolismo de los fármacos. Y una información de la cadena o secuencia del ADN individual resulta más relevante que el fenotipo a estos efectos.
A continuación te contamos de qué manera influye el conocimiento del genoma en la preparación de unos tratamientos ideales. Presta atención.
El análisis de los síntomas que servirán para diseñar tratamientos personalizados
En todos los tratamientos personalizados se valoran unos factores que van a ser claves a la hora de medir sus posibilidades de éxito. Pero también puede suceder que una persona no siga convenientemente las recomendaciones de su propio tratamiento. Por tanto, cuando queremos resaltar la importancia del genoma en las reacciones ante los fármacos, hay que aislar las anteriores causas.
Por consiguiente, nos centraremos en las siguientes. Toma nota y entenderás mejor cómo combinar el principio activo idóneo con su dosis oportuna.
– Cómo se metaboliza el medicamento influye en su descomposición más rápida o lenta en el organismo. Esta velocidad de la descomposición incidirá en la cantidad que, para lograr unos efectos concretos, debamos administrar.
– Las células no tienen las mismas reacciones ante los medicamentos. Esta circunstancia es fundamental a la hora de comprobar los efectos que producen los fármacos en los distintos órganos y tejidos.
– Existen personas cuyo genoma provoca una predisposición negativa a determinados medicamentos, los cuales tolerarán mal.
– Finalmente, tenemos que destacar que el estudio del mapa genético de la persona es imprescindible cuando de probar tratamientos para la leucemia y el cáncer se trata, puesto que la información celular nos orientará sobre el diagnóstico.
Los tratamientos personalizados se beneficiarán de la medicina de precisión
Por último, hoy en día ya es posible disfrutar de tratamientos personalizados que se basen en la farmacogenómica. Es cierto que el todavía alto coste de las pruebas a realizar ha complicado una evolución más rápida, pero está constatado que individualizar los tratamientos mediante las técnicas de la medicina de precisión favorece una reducción de la mortalidad y un ahorro para el sistema. De este modo, cada paciente podrá aprovechar de un modo óptimo los medicamentos que se le prescriban.