La terapia de protones o protonterapia está indicada para los tipos de cáncer más sensibles, como el de cerebro, el infantil o el ocular. Esta técnica es un gran avance médico en la lucha contra el cáncer, ya que se aumenta la precisión de la radioterapia y facilita la radiación de los tumores cancerígenos con una mínima invasión del resto del organismo, lo que reducirá los efectos secundarios en el tejido circundante.
¿Qué es la Protonterapia?
Es una avanzada radioterapia que se vale de un haz de protones para aplicar la radiación directamente en el tumor. La ventaja de esta técnica es que destruye las células cancerosas sin afectar al tejido sano que lo rodea.
La radioterapia, tal y como la conocemos hasta ahora, atraviesa tanto el tejido sano como el canceroso y destruye todo lo que se encuentra en la trayectoria del haz. Por este motivo, hay que limitar las dosis de radiación.
Con la terapia de protones, los haces son muy precisos y actúan sobre los tumores cancerosos para eliminarlos. Esta terapia permite impactar incluso a los que estén alojados en las áreas más sensibles del organismo. Los protones ingresan en el organismo y se detienen en el lugar del tumor, adaptándose a su forma, volumen y profundidad, por lo que depositan la mayor parte de su energía para combatir al tumor.
Gracias a ello, se pueden aplicar altas dosis de radiación sobre el tumor sin temor de que el tejido sano que lo rodea pueda sufrir. Es muy importante cuando se trata un cáncer infantil, ya que el cuerpo está en crecimiento, o en tumores de esófago, cerebro, pulmones o próximos a los ojos.
¿Por qué la terapia de protones es el mejor avance médico en la lucha contra el cáncer?
La Clínica Universidad de Navarra es la responsable de que en España podamos tener la Unidad de Terapia de Protones más avanzada. Está implantándose y será a partir del próximo año, 2020, cuando los pacientes podrán utilizarla.
La diferencia entre la radioterapia convencional y la protonterapia radica en que la primera utiliza un haz de alta energía de fotones o rayos X y, la segunda, partículas aceleradas o protones de alta energía, lo que permite que se dirijan mejor.
Las características físicas de los protones hacen que no sufran ningún tipo de alteración, y eso garantiza que su energía impacte en el tumor. Su toxicidad es menor y está indicada para los tumores de difícil acceso y que estén próximos a órganos de riesgo.
En menos de un minuto
El tratamiento con terapia de protones es muy rápido, lo que supone una gran ventaja. Cada sesión tiene una duración aproximada de 25 minutos, aunque la mayor parte del tiempo se destina a colocar al paciente en la posición adecuada. El tiempo real de irradiación apenas dura un minuto.
Es una alternativa complementaria que va a coexistir con el sistema anterior, pero no lo va a desplazar. Un 25 % de los pacientes que no son susceptibles de tratarse con radioterapia convencional se beneficiarán en primer lugar de esta nueva tecnología en el Campus de la Clínica Universitaria de Navarra en Madrid.
En la comunidad científica se recibe este gran avance para la lucha contra el cáncer con mucho júbilo, porque pone a España a la altura que los pacientes merecen en la lucha contra el cáncer.
La inversión: 40 millones de euros
La Clínica Universidad de Navarra ha invertido 40 millones de euros para sacar adelante este proyecto que va a marcar, sin duda, la lucha contra el cáncer en España. El paciente que se exponga al tratamiento con terapia de protones tendrá la misma sensación que cuando se introduce en una cabina para realizarse una resonancia magnética.
Las obras de las instalaciones comprenden una superficie de 3600 metros cuadrados para albergar la sala denominada sincrotrón, que será la que se ocupe de acelerar el haz de protones para que alcance la energía requerida para impactar en los tumores de los pacientes de forma totalmente personalizada. Podrás encontrar dos salas de tratamiento con gantrys de 360 grados más las salas de trabajo asociadas al tratamiento.
¿Cómo funciona la terapia de protones?
1. A través de un inyector se extraen los protones de las moléculas de hidrógeno. Posteriormente se meten en un acelerador lineal y son inyectados a una velocidad baja.
2. Cuatro imanes, en el sincrotrón, mantienen los protones en trayectorias circulares. Su velocidad se aumenta de forma gradual por un campo eléctrico.
3. Al alcanzar el 60 % de la velocidad de la luz, se desvían a la línea del haz para ser utilizados.
4. El gantry es el brazo por el que circula el haz de protones para poder impactar en la lesión que tenga cada persona.
5. El haz dañará el ADN de las células cancerosas para controlar el tumor.
Esta terapia de protones aterrizará en España a finales de 2019 o principios de 2020, lo que facilitará que los pacientes no deban trasladarse a otros países para recibir el tratamiento.