El término telemedicina hace referencia al conjunto de sistemas telemáticos que permite al paciente y al profesional médico (doctores, enfermeros, comadronas, etc.) comunicarse a distancia y en tiempo real. Dicho de otro modo, es un ejemplo de cómo las telecomunicaciones (incluidas las nuevas tecnologías de la información) pueden aplicarse al campo de la medicina; para proporcionar asistencia médica, sin importar dónde se encuentre el beneficiario.
Gran variedad de aplicaciones y tipos de software
Aunque no cabe duda del interés gubernamental por extender la cobertura sanitaria al conjunto de la población, no son pocas las situaciones que dificultan este loable propósito: poblaciones dispersas, escasez de personal especializado, recursos económicos limitados… Por otra parte, garantizar la salud de los ciudadanos abarca mucho más que el tratamiento puntual de sus enfermedades cuando caen enfermos. Hoy en día, también es imprescindible educarlos en hábitos de vida saludable, que prevengan muchas de esas dolencias y permitan gestionar los recursos disponibles de una manera más eficaz.
Atendiendo a esta amplia variedad de utilidades, la telemedicina se puede realizar a través de tres tipos de software. Principalmente, según si su principal cometido es la monitorización de pacientes o el diagnóstico de enfermedades o, simplemente, se usa para proporcionar un modo ágil y barato de contacto entre los pacientes y el personal sanitario.
– Programas y aplicaciones dirigidos a monitorizar a los pacientes a distancia. Los pacientes crónicos que siguen un tratamiento en sus hogares pueden estar perfectamente controlados sin necesidad de que se desplacen son tanta frecuencia a la clínica o el personal sanitario tenga que visitarlos en su domicilio. A través de dispositivos electrónicos, es posible recopilar datos como la presión arterial o el nivel de azúcar en sangre, por ejemplo, y hacérselos llegar a los especialistas inmediatamente.
– Programas y aplicaciones diseñados para almacenar, enviar y recibir datos clínicos. Esta tecnología permite la transferencia de datos entre centros médicos, de modo que los análisis clínicos o las radiografías, entre otros, se pueden realizar en un hospital y enviar a otro, para un rápido diagnóstico por parte del especialista.
– Programas y aplicaciones pensados para facilitar la comunicación entre el personal médico y los pacientes. Unos ejemplos de esto serían las videoconferencias, que permiten la comunicación en tiempo real y sin necesidad de desplazamientos. También pueden usarse para facilitar los contactos entre profesionales de la medicina y realizar acciones formativas a distancia.
El auge imparable de la telemedicina
El uso cada vez mayor de dispositivos móviles, la generalización de la banda ancha y los condicionantes económicos han permitido un rápido desarrollo de las aplicaciones diseñadas específicamente para su uso en los servicios de salud a distancia. A continuación, resumimos los aspectos que más se han beneficiado de esta revolución tecnológica: la relación médico-paciente, la gestión administrativa y el marketing online.
Por lo que se refiere a la relación médico-paciente, la habilitación de un portal del paciente y el uso de la firma digital permiten un acceso a distancia a recetas, historiales clínicos y otros tipos de documentos. Asimismo, facilitan la gestión de citas: solicitar una consulta, cambiarla, duplicarla, enviar recordatorios, añadir comentarios, etc.
Otros ámbitos en los que se están produciendo grandes cambios son la facturación y la gestión administrativa. Desde la posibilidad de ofrecer citas online hasta llevar a cabo el seguimiento de un presupuesto o la generación de facturas, las nuevas aplicaciones informáticas agilizan enormemente cualquier proceso administrativo. A la vez, contribuyen a establecer una relación más fluida entre la clínica y sus clientes o entre esta y sus proveedores.
No menos importante, en los tiempos que corren, es la posibilidad que tiene cada centro de salud de diseñar sus propias estrategias de marketing online. Entre otras cosas, puede disponer de herramientas específicas para conocer mejor a sus usuarios, dirigirse a ellos con productos o campañas de su interés y ofrecerles servicios más personalizados. Esto solo es posible gracias al impresionante desarrollo que han experimentado las TIC en la última década. Además, sería totalmente inviable en hospitales donde toda la relación con el paciente es presencial.
El futuro de la medicina telemática
Gracias al desarrollo de las telecomunicaciones (tanto alámbricas como inalámbricas), la telemedicina está llamada a desempeñar un papel fundamental en la mejora de la salud de la población, en general. Pero también en la manera de gestionar los centros de salud, especialmente, teniendo en cuenta que la demanda de servicios va a seguir en aumento, conforme la población vaya envejeciendo.
Además del telediagnóstico, de la teleconsulta y de la telemonitorización antes mencionados, la gestión administrativa de los servicios ofertados al paciente va a experimentar grandes cambios en un futuro ya próximo. Cada vez más, los pacientes van a demandar una gestión eficaz de sus citas a través de dispositivos móviles, por ejemplo. Pero también los especialistas van a querer beneficiarse de la inmediatez que conlleva la solicitud y recepción de pruebas médicas de la misma manera. Se trata de dos de los muchos ejemplos que se pueden poner. La evolución de la robótica y las tecnologías de realidad virtual está llamada a revolucionar campos de la medicina antes intocables, como la cirugía.
Aunque no es menos cierto que, para garantizar el crecimiento y la competitividad de los servicios que ofrece, una clínica interesada en implementar sistemas de comunicación telemáticos tendrá que hacerlo por módulos. De esta manera, facilitará la instalación del software de manera escalonada, la formación de todo el personal implicado y la sustitución de los programas informáticos cuando estos queden obsoletos; algo previsible, dada la rápida evolución que están experimentado.
Conclusión clínica
La telemedicina permite llegar a comunidades situadas en cualquier punto del planeta, formar al personal sanitario, realizar diagnósticos a distancia, enviar y recibir pruebas diagnósticas más rápidamente, hacer seguimientos multidisciplinares a los enfermos, etc. Además, facilita la colaboración entre especialistas y mejora la calidad e inmediatez de los servicios ofrecidos (menos errores diagnósticos o terapéuticos, mayor celeridad en el diagnóstico, acceso a segundas opiniones…). Por último, representa un importante ahorro de tiempo y dinero para las clínicas que implementan este sistema de comunicación entre su personal y sus pacientes.