Para realizar un diagnóstico médico es necesario ser médico, pero, a veces, esta afirmación no se toma en cuenta. El autodiagnóstico es muy habitual y actualmente más, debido a la gran cantidad de información a la que tenemos acceso en internet. A veces, es adecuado e incluso conveniente informarse en páginas o webs dedicadas a ciertas patologías.
Sin embargo, un diagnóstico es algo más complejo. Decidir que se padece una enfermedad porque coinciden unos síntomas es muy peligroso. Y aplicarte tú mismo ciertos tratamientos puede conducirte a poner en riesgo tu salud.
Pero lo más grave es cuando se decide no seguir los consejos médicos por creer que con consultar en internet ya tenemos toda la información.
Precaución con el autodiagnóstico en internet
Para poder realizar un adecuado diagnóstico médico no se identifican simplemente unos síntomas. Está claro que quien mejor conoce sus propios síntomas es el paciente. Sin embargo, algunos síntomas pueden indicar diferentes enfermedades que no tienen que ver entre sí. Incluso, puede parecer que se sufre una determinada enfermedad y, a través de pruebas médicas, indicar que se padece otra patología.
Por ese motivo, leer en una web no médica la relación de unos síntomas y decidir que se padece esa enfermedad es altamente arriesgado.
El diagnóstico médico es el resultado de todo un protocolo
Los médicos se basan en el análisis de datos sobre diferentes aspectos del paciente. No solamente necesitan conocer la anamnesis o datos anteriores de la historia clínica de su paciente. También deben saber qué síntomas presenta el paciente en la actualidad, desde cuándo los padece, en qué momentos, con qué intensidad. Además, realizan una exploración clínica exhaustiva y pruebas médicas que les aportan datos objetivos.
Todo esto se analiza y el médico plantea una hipótesis sobre su diagnóstico. Pero quizás te preguntes por qué a veces un médico te da un diagnóstico de forma rápida.
Normalmente, salvo excepciones, los años de experiencia de un profesional cuentan a la hora de su eficacia. Sin embargo, en internet a veces se ofrecen informaciones que parecen médicas pero que ni siquiera son correctas.
Por este motivo, te aconsejamos acudir siempre a un profesional de la medicina de tu confianza. No te decimos que no busques información para completarla, tampoco que no contrastes ciertas informaciones con tu médico. Lo que te planteamos es que no te autodiagnostiques y, como consecuencia, no te automediques.
Las informaciones más fiables
Pero internet sí ofrece información médica en páginas web acreditadas por el Proyecto ACSI. Esta acreditación indica que una página web es realmente sanitaria y con contenido científico, contrastado y fiable. Y si una web es realmente sanitaria, independientemente de que su contenido sea para público general o para personal sanitario, tendrá esta acreditación.
Internet nos puede dar una gran cantidad de información valiosa, puede aclararnos dudas, puede ser muy interesante incluso para conocer los avances relacionados con algunas enfermedades o los nuevos tratamientos. Eso sí, debes tener en cuenta que hay mucha información no contrastada e incluso inventada, pudiendo hacer del autodiagnóstico algo muy peligroso.
Pasos para informarse correctamente
1. Acudir a páginas acreditadas con información de profesionales de la salud, y no solamente con opiniones de pacientes.
2. Utilizar evaluadores de la información médica de internet. Estos evaluadores lo que hacen es contrastar, mediante un código la calidad y veracidad, estas webs.
– Puedes usar el evaluador europeo HON CODE (Health On the Net). Es un sello que se le da a aquellas páginas web con información contrastada.
– La evaluación de la Organización Médico Colegial, el Proyecto ACSI, que te hemos explicadlo anteriormente. Esta es una evaluación propia para nuestro país.
3. Acudir al farmacéutico o al médico, y contrastar toda aquella información que nos pueda suscitar dudas o veamos que no está clara.
4. No tomar una iniciativa de tratamiento porque a otros pacientes les vaya bien. Las personas son diferentes entre sí, de forma que no hay garantías de que «algún remedio» nos vaya a sentar bien porque alguien diga que le ha ayudado por internet.
Las pseudoterapias de algunas webs o blogs
Por otro lado, existen todo tipo de remedios milagrosos que se prometen en las webs, habitualmente fraudulentas. Ten en cuenta que sin evidencia científica es muy poco probable que un remedio cure una enfermedad, y no cuesta nada contrastar la información.
El problema es que algunas de estas terapias son muy convincentes, parecen incluso científicas y te aseguran que te curarán o mejorarán tu malestar. Lo habitual es que sean caras y que, además, no solucionen ningún problema. Incluso podrían agravarlo.
Por ejemplo, una persona diabética que decide tomar unas hierbas que le aseguran que puede bajar su dosis de insulina puede poner en riesgo su vida.
Pero no somos negativos, con un uso responsable de la información, las webs sobre salud y medicina pueden llegar a ser de gran utilidad para los pacientes. Por ejemplo, este mismo artículo que estás leyendo, en el que te prevenimos de lo peligroso que es hacer tu propio diagnóstico, solo es posible porque existe internet. Por tanto, información veraz, sí. Autodiagnóstico, no.